Archivo de 16 octubre 2020

Presentamos por partes  la diagnosis del estado de conservación, propuesta de conservación y proceso de intervención en la restauración de metales Ibéricos del poblado Íbero del Cerro de la Cruz – Los Collados (Almedinilla) llevado a cabo por el restaurador Gonzalo Casas (los 3 depósitos votivos, falcata y lanza de la tumba 6). En este caso se presenta la restauración de la falcata.

La falcata ibérica de hierro, procedente del Cerro de la Cruz-Los Collados de Almedinilla ( Córdoba), fue encontrada en la tumba 6, compuesta por la urna cineraria propiamente dicha, un plato-tapadera, la falcata, una punta de lanza, un regatón, una manilla de escudo, y una serie de piezas metálicas que se asocian a la vaina de la falcata  (una embocadura, dos pasadores y dos hembrillas). Se llevó a cabo la microexcavación del contenido de la urna y su estudio antropológico (próximamente saldrá esta publicación). 

Tiene unas medidas máximas de 46 cm de largo por 6 cm de ancho máximo. Su peso antes de la intervención era de 443 gramos. Realizada en hierro forjado presentaba puntualmente tonalidades marrón-rojizas, zonas puntuales anaranjadas (oxidaciones) y blanquecinas en toda la superficie por los sedimentos, como posibles carbonatos. Aparentemente no se apreciaba decoración alguna.

La falcata está realizada en forja, maciza por la zona de la hoja, y parece tener restos de una segunda lámina en la zona de la empuñadura que recubría un posible mango de otro material, como madera o hueso, hoy desaparecido. También conserva en la empuñadura los clavos o pasantes que sujetaban el mango del otro material al alma de hierro. La película superficial tenía bajo los depósitos en superficie una pátina de tonalidad grisácea homogénea en casi toda la zona de la hoja, totalmente estable. Aparentemente no presentaba decoración, salvo unas hendiduras con relieve paralelas en la hoja en la zona roma y que imita o dibuja sinuosamente de manera curva el perfil o contorno de la hoja.

Entre las diferentes patologías en superficie cabe destacar depósitos de tierra adherida, concreciones calcáreas, óxidos, depósitos de sedimentos, polvo, otras partículas y posibles carbonatos. Presentaba deformación a lo largo de la hoja pero  no intencionada, sino que se ha curvado o doblado ligeramente por la presiones a las que ha sido sometida en el terreno a lo largo de los siglos. Se observaba oxidación activa, sobre todo en la empuñadura.
En general, posee una magnífica cohesión y, salvo en la zona del mango, se encuentra en magnífico estado de conservación.
Se propuso una limpieza mecánica mínima y superficial ya que el estado de conservación que presentaba la falcata era magnífico. Para La limpieza mecánica: escalpelos, micromotor de precisión de dentista para las zonas de la empuñadura, y cepillos de diferente dureza, diferentes abrasímetros , ultrasonidos y lápiz de fibra de vidrio. Para comprobar la presencia de carbonatos en pequeñas zonas puntuales se tomó una pequeña muestra y se introdujo en un tubo de ensayo aplicándose unas gotas de ácido clorhídrico a dichos sedimentos, produciendo efervescencia, confirmando de esta manera la existencia de ellos y su posterior eliminación en el proceso de limpieza.
Los puntos de corrosión y cráteres con óxidos rojizos del mango se eliminaron ayudándose de un binocular y un flexo con lente, eliminándolos mecánicamente con sumo cuidado.
Durante la limpieza se apreció en dos pequeñas zonas una finísima capa de color rojo oscuro intenso. Dichas zonas están localizadas en un borde de una de las caras de la hoja, próxima al mango y en la transición de la empuñadora hacia la hoja. Se tomaron muestras y se enviaron posteriormente al laboratorio de la Universidad de Granada a través del Museo Histórico de Almedinilla. En el laboratorio, de la mano de Alberto Dorado, se realizó una difracción de Rayos X y Raman con unos  resultados  satisfactorios y únicos (próximamente se publicarán) . En dichas zonas no se usó en la limpieza ni alcohol, ni acetona, ni ningún producto que pudiera alterar o eliminar los restos aparecidos
La limpieza fue totalmente mecánica en toda la superficie, salvo puntualmente para la pequeña zona con lascas y muy mineralizada de la segunda lámina de la empuñadura, la cual presentaba actividad corrosiva y en las que sí se hizo uso del alcohol y la acetona.
A continuación se limpió con baños alternos, con acetona y alcohol, cepillando enérgicamente en la medida de lo posible para no dañar ni arañar la pátina grisácea estable que cubre la hoja y eliminando los pequeños puntos de actividad corrosiva, haciendo que las zonas con más peligro de oxidación se volvieran estables.
Concluida la limpieza se pasó a estabilizar de manera localizada y controlada algunos puntos de la hoja y la empuñadura, con un inhibidor de la corrosión del hierro, usando ácido tánico al 5% y alcohol metílico en agua destilada aplicada a pincel en dichas zonas ,  controlada alternativamente con acetona y alcohol. No se aplicó de manera general el inhibidor para no alterar la magnífica conservación de la pátina grisácea de la hoja porque no lo necesitaba y para que no sufriera cambios de tonalidad.
Una vez estabilizada la pieza se aplicó dos capas de protección, la primera con paraloid B-44 para metales al 5% en acetona, y la segunda una capa de cera microcristalina disuelta en White spirit.
Una vez seca la pieza y concluida la fase de inhibición y estabilización procedimos a su consolidación. Se aplicó en algunas fisuras y lascas de la empuñadura (en los restos de la segunda lámina de hierro que la recubría) resina epo 150 con jeringuilla, y se rellenó puntualmente con resina  una pequeña grieta y la pérdida de soporte de dos componentes dando mayor cohesión y evitando posibles fracturas posteriores .

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